
El deporte que le mantiene fuerte, ágil y con una buena postura, ¡a cualquier edad!
Share
¿Sabía que mientras correr ejerce presión sobre las articulaciones, nadar le hace sentir un 90 % más ligero y, además, trabaja casi todos los músculos del cuerpo?
Resulta que impulsar la masa corporal a través del agua activa numerosos sistemas en todo el cuerpo y hace que la naturaleza de bajo impacto y altos resultados de este deporte sean insuperables.
¿Cómo puede equlibrar la natación la carga de su rutina?
Casi todos en nuestra sociedad actual estamos sometidos a un estilo de vida sedentario, empezando por trabajos que requieren horas y horas en un escritorio, cumpliendo con fechas de entrega y otras situaciones de estrés, que a menudo nos hacen olvidar la salud física de nuestro cuerpo, debilitándonos y cuando menos pensamos nos encontramos con articulaciones rígidas, una espalda encorvada y con dificultad para respirar al subir unas escaleras que aluden a un envejecimiento prematuro.
Nadar no es solo un ejercicio, puede ser una herramienta para toda la vida que mantiene el cuerpo fuerte, la mente ágil y la postura erguida.
Nadie quiere perder fuerza, movilidad e independencia. Tememos no poder caminar sin ayuda, agacharnos con facilidad o mantenernos erguidos con una buena postura.
La natación aborda directamente estos temores, ya que desarrolla el equilibrio, la resistencia y la resistencia muscular con un esfuerzo mínimo para las articulaciones.
La natación ayuda a conservar la independencia durante más tiempo, ya que mantiene los músculos activos, la circulación fuerte y la movilidad intacta, factores clave para la autosuficiencia.
Una mala postura y encorvarse hacia adelante pueden «envejecer» visualmente a las personas más allá de su edad. Lo que hace la natación es fortalecer los músculos estabilizadores que alinean naturalmente el cuerpo, devolviéndole la confianza y fluidez corporal.
Para propulsarse hacia delante, la natación requiere la utilización de muchos grupos musculares como los músculos del tronco, los flexores de la cadera, los músculos del cuello, los de los brazos, las manos y los hombros, los del pecho y la espalda, además de los glúteos y los de las piernas y los pies. Lo que personalmente me parece cautivante es que se trabajan estos músculos desde la posición horizontal, obligando al cuerpo a utilizar un ángulo diferente para producir la fuerza del movimiento y activación muscular.
Un artículo de la revista National Geographic señala que, a nivel metabólico, los movimientos repetitivos al nadar pueden quemar una gran cantidad de calorías. Un análisis de salud pública reveló que una persona de 70 kg quema 281 calorías por hora al mantenerse a flote o nadar a un ritmo moderado, pero puede quemar hasta 704 calorías por hora nadando a un ritmo vigoroso. El estilo mariposa quema hasta 774 calorías por hora.
Otros estudios corroboran que la natación también aumenta la amplitud de movimiento, reduce el dolor articular, aumenta la flexibilidad, mejora la postura y ralentiza el proceso de envejecimiento. Se ha demostrado que ayuda a las personas con esclerosis múltiple y artritis, y que es buena para controlar la glucosa en sangre.
La natación no solo funciona a nivel de músculos y huesos, estos estudios también indican que las actividades que combinan el movimiento físico, el flujo de oxígeno y la respiración rítmica (como la natación) estimulan las regiones del cerebro relacionadas con la memoria y el aprendizaje. El acto de coordinar los movimientos y la respiración como ocurre al practicar la natación es esencialmente un «ejercicio cognitivo» tanto como físico.
Su salud mental y el poder curativo de nadar
Lo que me gusta de nadar es que tan solo la inmersión en el agua crea un efecto calmante instantáneo. Unestudio de este año (2025) demuestra que reduce el cortisol y proporcionando una forma de ejercicio restauradora, en lugar de agotadora.
El experimento se hizo con estudiantes universitarios, pero los resultados son contundentes y creo que aplican a cualquier edad. Fomenta la regulación emocional, fortalece los lazos sociales y mejora las estrategias para afrontar el estrés académico.
Tal vez, es porque la vida cotidiana es ruidosa, sobreestimulada y llena de pantallas que la natación proporciona una estimulación sensorial diferente: los sonidos están apagados, su cuerpo se siente ligero, sus músculos resisten suavemente le fuerza del agua, se concentra usted en mantener el ritmo de la respiración y el movimiento del cuerpo, proporcionando un alivio del tipo meditación.
La natación libera endorfinas, pero también es agradable para el cuerpo: la flotabilidad reduce el dolor, lo que la hace accesible incluso para aquellas personas que tienen problemas de energía o estado de ánimo. Esto es porque, según estudios, el ritmo de las brazadas induce un estado de «flujo» relacionado con la mejora del estado de ánimo.
Más allá del ejercicio, muchas personas se apuntan a grupos de natación o clases de aeróbic acuático. La piscina se convierte en un centro social que alivia el aislamiento y crea vínculos rutinarios.
Luego, salir del agua es como reiniciar todo el cuerpo y la mente, proporcionando claridad y renovación, lo que llamaríamos una terapia de inmersión literal.
Los beneficios particulares de la natación para la salud integral de su cuerpo
La natación combina los beneficios físicos del entrenamiento de fuerza, el alivio psicológico de la meditación y la conexión psicosocial de la actividad en grupo.
A diferencia de otras formas de ejercicio, la natación protege las articulaciones mientras ejercita los músculos; estimula de forma simultánea tanto el cuerpo como el cerebro; calma la actividad del sistema nervioso y favorece la concentración.
La natación es más que una forma de ejercicio. En un mundo en el que el envejecimiento, en la forma en que nos lo está imponiendo nuestra sociedad sedentaria, induciéndonos al sobrepeso, a trabajar en exceso, a permanecer sobre estimulados, estresados y con la carga de los retos de salud mental que pesan sobre muchos de nosotros, el agua ofrece algo poco común: un lugar donde el cuerpo se siente ligero, la mente se calma y la energía se renueva en lugar de agotarse. Pocas actividades ofrecen una combinación tan completa de fuerza, calma y conexión.
Para aquellos que se preocupan por ser «demasiado mayores» para empezar o «no lo suficientemente fuertes» para hacerlo, la natación se adapta a su nivel. El agua le sostiene, reduce la tensión en las articulaciones frágiles y le permite progresar a su propio ritmo. Ya sean vueltas suaves, acuaterapia o una sesión de aeróbic acuático, cada vez que se mete en la piscina está cuidando su cuerpo y su mente.
Si se siente agobiado por el estrés, la frustración con su cuerpo o el miedo a lo que puede traer el envejecimiento, ahí está el agua esperando. Nadar no borrará todos sus problemas, pero puede devolverle algo mucho más poderoso: la sensación de que está avanzando, de que usted es en verdad fuerte y de que está con vida.
El agua no solo sustenta la vida, sino también su calidad de vida.