¿Es cansancio o algo más? Descubra si la fibromialgia está afectando su vida

¿Es cansancio o algo más? Descubra si la fibromialgia está afectando su vida

 

¿Sabía que alrededor del 2 al 4% de la población mundial sufre de fibromialgia, con una alta prevalencia en personas en el grupo de edad de 35 a 55 años? A pesar de estos números, la condición sigue envuelta en desconocimiento e incertidumbre. ¿Cómo es posible que una afección tan común aún permanezca en gran medida invisible?

Dolor inexplicable, agotamiento crónico e insomnio son más comunes de lo que pensamos, y podrían ser síntomas de fibromialgia.

¿Será que nuestro ritmo de vida actual está poniendo a nuestro cuerpo bajo más presión de la que puede manejar?

El impacto que su estilo de vida puede tener sobre la aparición de enfermedades que ni siquiera han terminado de definirse como es caso de la fibromialgia, están desafiando nuestras ideas sobre salud, estrés y estilo de vida.

 

Definiendo la fibromialgia

La fibromialgia es una condición crónica y compleja que a menudo resulta difícil de entender tanto para quienes la padecen como para quienes intentan ayudar. Se caracteriza principalmente, por un dolor generalizado en el cuerpo que puede ser persistente y agotador. No se trata solo de ese dolor que muchos de nosotros hemos sentido tras un día largo y agotador; es un dolor constante que afecta tanto física como emocionalmente a quienes lo padecen.

Además del dolor, muchas personas con fibromialgia experimentan una profunda fatiga, incluso después de haber dormido durante toda una noche. Las tareas cotidianas pueden volverse inmensamente difíciles y, a menudo, estas personas carecen de la energía necesaria para realizarlas. Además, la fibromialgia puede afectar la memoria y la concentración, un fenómeno que a veces se denomina "fibroniebla", y que puede, por supuesto, generar frustración y estrés.

Es crucial reconocer que, aunque esta afección no sea visible desde el exterior, los desafíos que enfrenta quien la padece son muy reales y tangibles. Cada persona puede experimentar los síntomas de manera diferente, por lo que el camino hacia el alivio es muy personal y a menudo requiere paciencia tanto de quien la padece como de quienes la rodean.

 

Causas

La fibromialgia es una condición que ha suscitado mucho interés en la comunidad médica y científica, pero aún hay mucho que se desconoce sobre sus causas exactas. No obstante, la investigación propone varias teorías sobre sus posibles orígenes:

Alteraciones en el Sistema Nervioso Central, Una de las teorías más comunes es que la fibromialgia está relacionada con anomalías en cómo el cerebro y la médula espinal procesan las señales de dolor. Las personas con fibromialgia pueden tener una mayor sensibilidad al dolor debido a cambios en la forma en que sus cerebros y sistemas nerviosos manejan las señales dolorosas.

 Existe alguna evidencia de que la fibromialgia podría tener un componente genético, dado que tendemos a ver que esta condición se presenta en algunos grupos familiares.

Estrés. En algunos casos, la fibromialgia se desencadena después de un evento físico o emocionalmente traumático, como un accidente físico, una enfermedad, una cirugía o estrés psicológico significativo.

Un desequilibrio de los neurotransmisores serotonina, dopamina y norepinefrina, y que son los neurotransmisores que regulan el estado de ánimo, el sueño y el dolor, pueden desempeñar un papel en la fibromialgia.

  

Diagnóstico

Diagnosticar la fibromialgia no es cosa fácil porque sus síntomas coinciden con los de otras afecciones. Tampoco es a través de una prueba de laboratorio.   Lo primero que va a hacer su médico es revisar su historial clínico.

No hace mucho tiempo, el diagnóstico de fibromialgia se basaba a menudo en la presión sobre puntos específicos del cuerpo (puntos sensibles). Sin embargo, los criterios fueron revisados por el American College of Rheumatology (ACR) y ahora incluyen:

  • Dolor generalizado que se ha mantenido durante al menos tres meses.
  • Presencia de otros síntomas crónicos como fatiga, sueño no reparador y problemas cognitivos.
  • Evaluación de otros problemas de salud posibles, que pueden incluir dolor abdominal o depresión.  
  • Finalmente, para descartar otras posibles causas, su médico podría ordenar análisis de sangre y otras pruebas para buscar enfermedades inflamatorias, trastornos endocrinos o infecciosos que podrían explicar la sintomatología. La tiroides, deficiencia de vitamina D y artritis son algunas afecciones comunes que deben revisarse. 

Estadísticas relevantes

Las mujeres se ven afectadas de forma desproporcionada, aunque estudios recientes sugieren que la diferencia entre sexos puede ser menor de lo que se creía.

La prevalencia aumenta con la edad, alcanzando su punto máximo en los adultos mayores. El estrés y las elecciones de estilo de vida, como la obesidad y la inactividad física, influyen significativamente tanto en el desarrollo como en la gravedad de los síntomas.

El estrés como factor contribuyente

Exacerbación de los síntomas: El 63% de los pacientes señalan el estrés como factor desencadenante principal de las reagudizaciones. El estrés crónico amplifica la sensibilidad al dolor a través de la liberación de cortisol y adrenalina.

Relación bidireccional: Los cambios hormonales inducidos por el estrés (por ejemplo, la desregulación del eje HPA) pueden contribuir a la aparición de la fibromialgia, mientras que la propia enfermedad aumenta el estrés psicológico.

Factores de riesgo relacionados con el estilo de vida

Obesidad: Las personas con sobrepeso (IMC 25-29,9) y obesas (IMC ≥30) se enfrentan a riesgos un 34% y un 62% mayores, respectivamente.

Inactividad física: Los niveles de actividad muy bajos aumentan el riesgo en un 31% en comparación con la actividad moderada.

             

¿Cómo afecta la fibromialgia sus actividades diarias, vida laboral y relaciones personales?

Ya hemos hablado de que hay tres síntomas claros de la fibromialgia que afectan su vida diaria:  dolor crónico persistente que puede ser moderado a severo; fatiga externa que no mejora con el descanso; y sueño no reparador que, aunque se duerman largas horas, se despierta como si no hubiera descansado.

El principal desafío en la vida laboral es lo que se conoce como "neblina mental" o "fibroniebla" es común y se refiere a problemas de memoria, atención y claridad de pensamiento. Esto puede afectar la capacidad para cumplir tareas laborales de manera eficiente.

Las limitaciones físicas y emocionales que imponen los síntomas de la fibromialgia pueden imponer estrés en las relaciones personales y familiares. La pareja puede asumir más responsabilidades, lo cual puede generar cierta tensión.  Sobre todo, porque la fibromialgia es una enfermedad invisible y los demás pueden tener dificultades para entender el alcance del dolor y la fatiga. Esto a menudo lleva a malentendidos o la percepción por parte de conocidos de que "no parece enfermo/a".

 

¿Qué puede hacer usted?

Si usted sospecha que padece esta condición, su médico seguramente hará el respectivo diagnóstico y recetará los medicamentos que deberá tomar.

Yo, por mi parte, le propongo algunas herramientas que podrían serle de utilidad al afrontar una condición como la fibromialgia.

Lo primero es escuchar su cuerpo aprendiendo a identificar cuándo es necesario descansar para prevenir la exacerbación de síntomas.

Distribuya bien sus actividades durante la semana para evitar sobrecarga de actividades; no dude en tomarse pausas frecuentes durante sus activades para permitirle a su cuerpo recuperarse y detectar sus ritmos de energía y descanso.

Practique técnicas de relajación, como la meditación o el yoga, esto le puede ayudar a mejorar el manejo del estrés y contribuir a un mejor equilibrio entre esfuerzo y descanso.

La calidad de sueño es crucial para ésta y cualquier otra condición porque es durante el tiempo de sueño que su cuerpo trabaja reparando músculos, órganos y otras células.  El cerebro se encarga de eliminar productos tóxicos incrementando el flujo de líquido cefaloraquídeo.

El sueño favorece la secreción de hormonas importantes como la hormona del crecimiento, que alcanza su máximo durante el sueño de ondas lentas y favorece el crecimiento y la reparación de los tejidos.

Así mismo, el sueño ayuda a regular el metabolismo, favoreciendo el restablecimiento de la energía y manteniendo estables el azúcar en sangre y el control del apetito.

Siga un horario de sueño regular, acostándose y despertándose a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana; practique una buena higiene del sueño. 

Evite la cafeína, la nicotina y el alcohol por la noche, ya que pueden alterar el sueño.

Limite las comidas copiosas y los líquidos cerca de la hora de acostarse para evitar molestias y despertar durante la noche.

Utilice la cama sólo para dormir y para la intimidad, no para trabajar o ver la televisión. Estas son tan solo algunas estrategias, pero hay más, como la terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I) pues, a veces, se requieren enfoques más puntuales según la gravedad.

 

 

Influencia de la dieta y la nutrición en la fibromialgia

Múltiples estudios y revisiones destacan el impacto de las elecciones dietéticas en la inflamación, el dolor, la fatiga y la calidad de vida general de las personas con fibromialgia.

Conclusiones clave de investigaciones recientes

Las dietas proinflamatorias empeoran los síntomas: Las dietas ricas en azúcares refinados, alimentos procesados, grasas poco saludables y carnes rojas se asocian con un aumento del dolor, marcadores de inflamación más altos y una mayor carga de enfermedad en pacientes con fibromialgia.

Las dietas antiinflamatorias pueden ayudar: Las dietas ricas en alimentos integrales, fibra, frutas, verduras, grasas saludables (como el aceite de oliva) y proteínas magras (como el pescado y las aves de corral) están relacionadas con la reducción del dolor y la fatiga. Las dietas vegetales y mediterráneas, ricas en antioxidantes y nutrientes antiinflamatorios, son especialmente prometedoras.

Revise posibles deficiencias nutricionales: Los niveles bajos de fibra, magnesio, vitamina C y otros nutrientes son comunes en los pacientes con fibromialgia y pueden empeorar la inflamación y los síntomas.

Control del peso: La pérdida de peso y el mantenimiento de un peso saludable están asociados con la reducción de la inflamación y la mejora de la calidad de vida en la fibromialgia.

 

Enfoques dietéticos con base en evidencia científica

Actualmente no existe una «dieta para la fibromialgia» única y universalmente aceptada, pero varias estrategias dietéticas han demostrado sus beneficios:

     - Dieta antiinflamatoria: Hace hincapié en las frutas y verduras frescas, los cereales integrales, los frutos secos, las semillas, las proteínas magras y las grasas saludables (especialmente el aceite de oliva). Se minimizan o eliminan los alimentos procesados, los azúcares refinados y las grasas saturadas.

     - Dieta mediterránea: Similar a la dieta antiinflamatoria, rica en antioxidantes y grasas saludables, y se ha demostrado que reduce el dolor crónico y la inflamación. (articulo)(artículo)

     - Dietas principalmente a base de plantas: Las dietas veganas y vegetarianas pueden ayudar a reducir el dolor y mejorar la movilidad y el sueño, posiblemente debido a su alto contenido antioxidante y antiinflamatorio. (artículo)

     - Dieta baja en FODMAPs (Oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables): Desarrollada originalmente para el Síndrome de colon irritable, este enfoque también puede ayudar a los pacientes con fibromialgia con síntomas gastrointestinales. (artículo)

     - Dietas de eliminación: Identificar y eliminar alimentos específicos desencadenantes (como el gluten, los lácteos o los aditivos alimentarios como el glutamato monosódico) puede ser beneficioso para algunos pacientes, especialmente aquellos con sensibilidad alimentaria o SII. (artículo)

  

Suplementos y apoyo nutricional

La vitamina D, el magnesio (yo prefiero el L-Threonato), el hierro, la vitamina B12, la coenzima Q10, los ácidos grasos omega-3, los probióticos y el DMSO se encuentran entre los suplementos estudiados por su potencial para reducir el dolor, mejorar el estado de ánimo, apoyar la función mitocondrial y abordar las deficiencias de nutrientes en la fibromialgia.

 

Recomendaciones prácticas

 

-       Adopte un patrón alimentario integral y antiinflamatorio.

-       Limite o evite los alimentos procesados, los azúcares refinados y las grasas poco saludables.

-       Considere una dieta mediterránea o principalmente a base de plantas para obtener beneficios adicionales.

-       Trabaje con un profesional sanitario para identificar y tratar las deficiencias nutricionales o las sensibilidades alimentarias.

-       Haga un seguimiento de los síntomas y los cambios en la dieta en un diario de alimentos para identificar posibles desencadenantes y mejoras.

 

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