Últimos estudios científicos develan cómo rebobinar su reloj biológico
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A medida que envejecemos, el estilo de vida que hayamos llevado durante nuestra adolescencia y edad adulta, en oposición o en complemento con nuestra herencia genética, se manifiesta y puede jugar un papel crucial en cómo respondemos a los desafíos biológicos y ambientales.
Valerse por uno mismo promueve la autoeficacia, lo que significa que creemos en nuestra capacidad para lograr metas relacionadas con la salud. El propósito de mis artículos y videos es proporcionarle a usted las herramientas que le permitan prolongar una vida activa tanto física como mental y que cada día se levante con energía, tanto para hacer sus actividades cotidianas como para emprender un nuevo proyecto profesional, por ejemplo.
‘Vieja no es una persona que tiene arrugas, sino a la que se le arrugan las ideas’, dicen en mi tierra y es que no se trata de evitar las arrugas, sino de mantener nuestra mente y cuerpo en plena forma, eso es lo que le dará la seguridad y confianza para afrontar situaciones complejas, realizar todo tipo de tareas y hasta ser capaz de reiniciar su vida, si es el caso.
La alimentación, el ejercicio, la gestión del estrés y la calidad de su sueño pueden tener un impacto significativo en la forma en que sus genes se expresan, lo que a su vez puede influir en la longevidad y la calidad de vida. Esto es lo que se conoce como Epigenética.
Cómo la Epigenética Influye en la Salud y el Envejecimiento
La epigenética se refiere a los cambios en la expresión genética que no implican alteraciones en la secuencia del ADN. Estos cambios son influenciados por factores ambientales, estilo de vida y experiencias, y pueden tener un impacto profundo en nuestra salud y envejecimiento.
Esto se identifica a través de tres mecanismos clave:
1. Metilación del ADN: proceso que implica la adición de grupos metilo a ciertas partes del ADN, lo que puede silenciar genes. Si un gen responsable de la reparación celular está silenciado, esto puede aumentar el riesgo de enfermedades y acelerar el envejecimiento.
2. Modificaciones de las histonas: Las histonas son proteínas que envuelven el ADN. Cuando se modifican, pueden cambiar cómo se empaqueta el ADN, afectando la accesibilidad de ciertos genes. Esto puede activar o desactivar genes relacionados con el crecimiento celular y la inflamación.
3. ARN no codificante: Estos fragmentos de ARN regulan la expresión génica sin traducirse en proteínas. Pueden influir en la forma en que los genes se expresan en respuesta a factores externos, como la dieta y el estrés.
Sus elecciones alimenticias, de actividad y, en general, su estilo de vida, se encargan de “expresar” o “silenciar” los genes involucrados. Así, la epigenética puede regular genes implicados en el metabolismo, lo que afecta el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2 y la obesidad. (salud metabólica)
Los cambios epigenéticos pueden contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y trastornos neurodegenerativos, a menudo relacionados con la edad. (Enfermedades Crónicas)
La regulación epigenética de genes relacionados con la reparación del ADN y la inflamación juega un papel esencial en la longevidad y el envejecimiento saludable. (Longevidad)
Para entender mejor estos mecanismos, imagine que nuestros genes son como una biblioteca llena de libros. La epigenética actúa como un sistema de clasificación que decide qué libros (genes) están disponibles para ser leídos (expresados) y cuáles están cerrados (silenciados). Factores como la dieta, el ejercicio y el estrés pueden cambiar esta clasificación, afectando cómo se "leen" nuestros genes y, por ende, nuestra salud y envejecimiento.
Estrategias epigenéticas 2025
Para 2025 las estrategias comprobadas y respaldadas científicamente incluyen
1. Nutrición y equilibrio metabólico
Estudios recientes enfatizan que las dietas que promueven la estabilidad antiinflamatoria y glucémica pueden ralentizar de manera apreciable los marcadores del envejecimiento biológico, incluyendo la deriva de la metilación del ADN y el acortamiento de los telómeros. Los principios clave incluyen:
Los patrones de dieta mediterránea o MIND ricos en aceite de oliva, legumbres, bayas, cereales integrales y pescado reducen las citocinas inflamatorias y preservan la función cerebral. (artículo)
La alimentación con restricción temporal (TRF) y el ayuno intermitente mejoran la autofagia y la biogénesis mitocondrial, optimizando la eficiencia energética y la sensibilidad a la insulina. (artículo)
Los polifenoles vegetales (curcumina, quercetina, catequinas) y las verduras crucíferas activan las vías Nrf2 y AMPK que contrarrestan el estrés oxidativo.
Evitar los alimentos ultra procesados y los azúcares refinados reduce las señales de envejecimiento por metilación y mejora la resiliencia cardiovascular y metabólica. (artículo)
2. El ejercicio como geroprotector epigenético
La actividad física estructurada actúa como uno de los «rejuvenecedores epigenéticos» más potentes basados en el estilo de vida. Un estudio de Aging-US de julio de 2025 demostró que la combinación de ejercicio aeróbico y de resistencia redujo la edad biológica de los participantes en dos años en solo ocho semanas gracias a la optimización de la metilación de los genes asociados a la longevidad. (estudio)
El entrenamiento de resistencia preserva la masa magra, mejora la señalización de la insulina y eleva la densidad mitocondrial en los músculos envejecidos.
El entrenamiento cardiovascular de zona 2 mejora la capacidad cardiorrespiratoria y la oxidación de las grasas, lo que está estrechamente relacionado con la reducción de la edad epigenética.
La movilidad y los estiramientos regulares reducen la inflamación sistémica y armonizan el equilibrio autónomo. (artículo)
3. Optimización del sueño y del ritmo circadiano
La alineación circadiana se reconoce ahora como una piedra angular metabólica de la longevidad. Los ciclos de luz y oscuridad desalineados y la exposición a la luz nocturna aceleran el daño del ADN y aumentan la inflamación provocada por el cortisol. Para realinear los ritmos:
La exposición a la luz solar temprano por la mañana (entre 10 y 15 minutos) estabiliza los ciclos de melatonina y NAD⁺.
La reducción de la luz azul después del atardecer y un horario de sueño constante mejoran el ciclo de las sirtuinas y las enzimas mitocondriales. (artículo)
La compresión temporal a corto plazo de las comidas (ventana de alimentación diaria de 8-10 horas) favorece la sincronización de los genes circadianos y la reparación metabólica.
4. Suplementos específicos para la longevidad
Más allá del NMN y el resveratrol, varios compuestos muestran un potencial antienvejecimiento validado en las pruebas de 2025:
La urolitina A mejora la mitofagia y la bioenergética muscular. (artículo)
La coenzima Q10 (en forma de ubiquinol) favorece la salud mitocondrial cardíaca y neurológica. (artículo)
La vitamina D3 prolonga la longitud de los telómeros, mejora la regulación inmunitaria y reduce la inflamación sistémica. (artículo)
El magnesio, los omega-3 y la curcumina modulan la expresión de los genes inflamatorios y la producción de ATP mitocondrial, amplificando los efectos del ejercicio y el ayuno. (artículo)
La creatina preserva las reservas de fosfocreatina muscular y favorece la energía cerebral bajo el estrés del envejecimiento. (artículo)
5. Longevidad mental, corporal y cognitiva
Ensayos clínicos a gran escala, como el estudio POINTER de EE. UU. (2025, 2111 participantes), demostraron que el entrenamiento cognitivo, la participación social y la gestión estructurada del estrés mejoraban la cognición global y protegían contra el envejecimiento biológico de las redes neuronales.
Prácticas como la respiración controlada, la meditación consciente y la participación en la comunidad reducen los niveles circulantes de CRP e IL-6, lo que favorece tanto la longevidad como la resistencia al estrés.
6. Factores ambientales y conductuales
Las investigaciones sobre la longevidad de 2025 destacan cada vez más la calidad del aire, el entorno de sueño y la variación de temperatura como factores modificables que influyen en el envejecimiento.
La exposición intermitente al frío activa las proteínas de desacoplamiento mitocondrial (UCP1 y UCP3) y mejora la flexibilidad metabólica.
La terapia de sauna imita la respuesta al choque térmico inducido por el ejercicio, activando FOXO3A y HSP70 para la reparación del daño proteico. (artículo)
La baja toxicidad ambiental y la hidratación constante mantienen el equilibrio redox celular, fundamental para la reparación del ADN.
Conclusión integradora
Un marco antienvejecimiento sólido combinaría entonces:
Estrategias nutricionales que hacen hincapié en alimentos con bajo índice glucémico y ricos en polifenoles
Rutinas de ejercicio constantes basadas en la zona 2 y la resistencia
Disciplina del ritmo circadiano y sueño de calidad
Prácticas de bienestar cognitivo, social y emocional
Suplementos que abordan la salud mitocondrial, la inflamación y el equilibrio de la metilación
En conjunto, forman un ecosistema de longevidad a nivel sistémico que refuerza las vías bioquímicas activadas por el NMN, la metformina, el trans-resveratrol y el TMG, lo que mantiene tanto la juventud fisiológica como la estabilidad epigenética en todos los sistemas orgánicos.