¿Sabía que usted ya podría tener dentro de su cuerpo la molécula antienvejecimiento?

¿Sabía que usted ya podría tener dentro de su cuerpo la molécula antienvejecimiento?

¿Se imagina que dentro de su propio cuerpo exista una fábrica secreta capaz de producir una molécula que regenera sus mitocondrias, potencia su energía y, potencialmente, ralentiza algunos procesos del envejecimiento?

Esa molécula existe, se llama Urolitina A, y lo más fascinante es que no viene empaquetada en una pastilla ni en un “super alimento” importado: depende de solamente de su microbioma intestinal, esas comunidades invisibles de bacterias que conviven en su intestino. Pero aquí está el giro que vuelve la historia aún más intrigante: no todas las personas pueden fabricarla. Su longevidad, su energía e incluso su rendimiento físico podrían estar condicionados por algo tan azaroso como la composición de sus bacterias intestinales. 

La **Urolitina A (UA)** es un compuesto natural que nuestro organismo puede producir a partir de ciertos ácidos elágicos presentes en alimentos como la granada, las frambuesas, las nueces y algunas bayas. La urolitina A (UA) está ganando atención como suplemento por sus posibles beneficios para la salud, especialmente en relación con el envejecimiento, la función mitocondrial y la resistencia muscular.

- Fuerza y resistencia muscular:

Varios ensayos clínicos en humanos muestran que la suplementación con UA puede mejorar la fuerza muscular en torno a un 12 % y aumentar la resistencia muscular en comparación con el placebo [1][2][3]. Un estudio aleatorio en adultos mayores descubrió que la UA aumentaba el número de contracciones musculares hasta la fatiga y la distancia recorrida en una prueba de marcha, aunque algunas medidas, como la producción de ATP, no mostraron una mejora estadísticamente significativa en comparación con el placebo [4][3].

- Salud mitocondrial:

La UA actúa mejorando la función mitocondrial y promoviendo la mitofagia, lo que ayuda a eliminar las mitocondrias dañadas y favorece la energía celular. Estos beneficios se han observado tanto en estudios con animales como con seres humanos, especialmente entre personas mayores y personas con baja resistencia física [1][5][6].

- Efectos antiinflamatorios y antioxidantes:

El UA se ha mostrado prometedor en la reducción de los marcadores inflamatorios y el estrés oxidativo, que están implicados en las enfermedades relacionadas con la edad y el deterioro celular general [5][6][2].

- Seguridad:

Los estudios indican que el UA es generalmente seguro y bien tolerado, sin efectos secundarios significativos documentados en los ensayos [3][4].

Existen pruebas emergentes de los beneficios para la salud cardiovascular, cognitiva y articular debido a los efectos del UA sobre la inflamación, las mitocondrias y la regeneración celular, pero se necesita más investigación en estas áreas [2][6][7].

Experiencia de los usuarios

Muchos usuarios informan de una mejora en la energía, la concentración y la recuperación después del ejercicio tras utilizar suplementos de UA, especialmente aquellos que presentan una absorción mejorada (formas liposomales). Las reseñas suelen destacar el aumento de la vitalidad, la reducción de la fatiga y la mejora general del bienestar.

Limitaciones y necesidad de más investigación

- Aunque los resultados son prometedores, algunos criterios de valoración clínicos (como la producción de ATP) muestran una mejora limitada o inconsistente, y se necesitan estudios más amplios para obtener pruebas concluyentes [4][3].

- Además, los efectos de la UA pueden variar en función de la salud, la edad y el estilo de vida de cada persona, así como de la absorción de la fórmula del suplemento.

 

MECANISMO DE LA UA PARA LA ACTIVACIÓN DE LA MITOFAGIA

La urolitina A (UA) activa la mitofagia a través de varios mecanismos moleculares interconectados que son cruciales para mantener la salud mitocondrial y celular, especialmente en los tejidos envejecidos [1][2][3]. 

Antes de revisar estos mecanismos de activación, ha de saber que la mitofagia es un proceso celular selectivo que elimina y recicla las mitocondrias dañadas o defectuosas para mantener la salud celular y la homeostasis del organismo.

Este proceso es crucial para el envejecimiento saludable, ya que las mitocondrias envejecidas pueden generar sustancias nocivas, como radicales libres, que causan daño celular. La modulación de la mitofagia se investiga como una estrategia terapéutica potencial para diversas enfermedades, incluyendo el Parkinson, la diabetes y el cáncer, así como para contrarrestar la inflamación asociada a la edad.

Cómo la UA activa la mitofagia en su organismo

Tabla resumen

Mecanismo

Efecto del UA

Activación de AMPK

Señala el inicio de la mitofagia [1][3]

Regulación al alza de PINK1/Parkin

Etiqueta y elimina las mitocondrias dañadas [2][3] [4

Inhibición de mTOR

Liberando el bloqueo de la autofagia/mitofagia [1][3]

Formación de autofagosomas

Mejora la fagocitosis y la eliminación [1]

Biogénesis mitocondrial

Favorece la sustitución de mitocondrias sanas [2][3]|

 

Estas acciones combinadas dan como resultado una eliminación más eficiente de las mitocondrias disfuncionales, la preservación de la homeostasis energética celular y una mejor salud celular general con el envejecimiento [1][2][3][4].

 

Fuentes alimenticias de Urolitina A

La urolitina A (UA) no está presente directamente en los alimentos, sino que se produce en el intestino cuando bacterias específicas metabolizan el tanino y los polifenoles del ácido elágico que se encuentran en ciertos alimentos de origen vegetal [1][2][3][4].

Los alimentos ricos en estos precursores de la UA incluyen:

Granadas (cáscara, semillas, zumo); fresas, frambuesas, y moras.   Nueces, almendras y otros frutos secos como nueces pecanas, y pistachos, principalmente [7]

Algunas frutas tropicales, té, vino envejecido en roble [2]

Los alimentos no son suficientes, la urolitina A es producida por cepas bacterianas intestinales específicas, entre las que se incluyen Gordonibacter, Bifidobacterium pseudocatenulatum, Enterocloster pacaense, Streptococcus thermophilus, Enterococcus faecium, Lactococcus garvieae y Ellagibacter isourolithinifaciens.

La presencia y abundancia de estas bacterias en el intestino determinan la capacidad de generar UA tras consumir alimentos ricos en elagitanina, como la granada, las nueces y las bayas [1][4][2].

 

Fuentes alimenticias que influyen en las bacterias intestinales

Las fuentes alimenticias que influyen en las bacterias intestinales capaces de producir urolitina A (UA) se centran en alimentar y favorecer el crecimiento de esos microbios específicos, promoviendo un entorno microbiano saludable en el que puedan prosperar las cepas productoras de UA. Los factores alimenticios clave incluyen:

1. Alimentos ricos en fibra prebiótica

- Los alimentos ricos en fibra dietética actúan como prebióticos, alimentando las bacterias intestinales beneficiosas y ayudando a mantener la diversidad y la estabilidad microbiana [1][3][5].

- Algunos ejemplos son el ajo crudo, las cebollas, los puerros, los espárragos, las alcachofas de Jerusalén, las hojas de diente de león, los plátanos, las algas, las legumbres, las semillas, los cereales integrales, los frutos secos, las verduras y las frutas [1][4][5].

- Una dieta rica en fibra reduce el pH del colon a través de la fermentación, creando condiciones favorables para la supervivencia y el crecimiento de la microbiota beneficiosa [1].

2. Polifenoles y elagitaninos de origen vegetal

- Los alimentos ricos en polifenoles, como **las granadas, las nueces, las bayas y otros frutos secos**, proporcionan los sustratos necesarios para la producción de UA, lo que indirectamente favorece el crecimiento de las bacterias productoras de UA [10][11].

3. Alimentos fermentados

- Los alimentos fermentados (yogur, kéfir, chucrut, kimchi) ayudan a **aumentar la diversidad microbiana intestinal** y pueden introducir microbios beneficiosos que favorecen la salud general del microbioma, mejorando indirectamente las bacterias de AU [3][4].

4. Grasas y proteínas en la dieta

- Se ha demostrado que las grasas animales y vegetales, el pescado y los lácteos aumentan algunos taxones beneficiosos (por ejemplo, *Faecalibacterium, Roseburia, Blautia*) que podrían favorecer el equilibrio de la comunidad en torno a las bacterias productoras de AU [2].

- Sin embargo, las dietas ricas en grasas pueden reducir la diversidad microbiana general si el consumo de fibra es bajo, lo que podría perjudicar la salud del microbioma a largo plazo [3][6].

 

Factores dietéticos

Impacto en los microbios productores de UA

Fibras prebióticas (inulina, pectinas, FOS)

Favorecen las bacterias intestinales beneficiosas y la diversidad microbiana [1][3]

Alimentos ricos en polifenoles (granada, frutos secos, bayas)

Proporcionan sustratos de elagitanina para la producción de UA [10][11]

Alimentos fermentados

Aumentan la diversidad microbiana y la modulación inmunitaria [3][4]

Grasas y proteínas equilibradas

Pueden promover taxones bacterianos beneficiosos, pero necesitan un equilibrio de fibra [2][3]

 

Una **dieta rica en fibra y basada en plantas**, con abundantes polifenoles y alimentos fermentados, es la mejor forma de favorecer la diversidad de la microbiota intestinal y la presencia de bacterias productoras de urolitina A, mientras que el exceso de grasas o la falta de fibra pueden reducir estas poblaciones microbianas beneficiosas [1][3][ 10].

Esta estrategia dietética ayuda a optimizar las condiciones para la generación de UA a partir de la ingesta de alimentos ricos en elagitanina, como la granada y las nueces.

Factores de biodisponibilidad (importante)

La formación de AU requiere bacterias intestinales; no todos los microbiomas son capaces de producir AU de forma eficaz. Los estudios muestran que solo alrededor del 40 % de las personas producen niveles detectables de AU después de consumir alimentos ricos en elagitanina [5][2][9].

Además, la eficiencia de la conversión depende de la diversidad y la composición de las bacterias intestinales. Algunas personas son «no productoras» y es posible que no obtengan los beneficios del AU solo a partir de los alimentos [2][9].

En este caso, los suplementos directos de UA pueden eludir las limitaciones del microbioma, garantizando niveles fiables de UA bioactiva en el organismo [5][9].

Absorción y potenciación

Es clave tener en cuenta que la UA no está disponible directamente en los alimentos; se necesita una microbiota intestinal sana y una ingesta regular de alimentos ricos en elagitaninos (especialmente granadas, nueces y bayas). Si su microbioma es ineficaz en la producción de UA, puede ser necesario tomar suplementos para obtener los beneficios [1][5][2][9].

Tras su formación en el intestino, la UA (y sus conjugados, como la UA-glucurónido) se absorbe en la sangre, circula en el plasma y se excreta en la orina [10][11][2].

Tomar suplementos de UA o alimentos ricos en polifenoles con una fuente de grasa puede mejorar la absorción, ya que la grasa ayuda a la absorción de los polifenoles [12].

Horario constante: La ingesta regular (a la misma hora todos los días) ayuda a mantener niveles estables de UA [12].

Formas liposomales o de administración mejorada: algunas formas de suplementos (como la encapsulación liposomal) aumentan la estabilidad y la biodisponibilidad de la UA.

Cómo maximizar la conversión de UA

El consumo de granadas o sus extractos junto con probióticos o alimentos que favorecen una microbiota saludable puede ayudar a aumentar la probabilidad de producción de UA [11].

La suplementación directa con UA (mediante pastillas o cápsulas) supera las posibles limitaciones del microbioma y podría garantizar una exposición constante al UA, especialmente para las personas que no lo producen [7].

Dosis probadas seguras hasta 1000 mg/día en ensayos clínicos. 

Estudios en humanos mayores mostraron mejoras en resistencia tras 4 meses de suplementación a corto plazo con la UA y que ha demostrado ser bien tolerada. Sin embargo, sus beneficios a largo plazo requieren estudios de mayor duración y en más poblaciones para consolidar los resultados que ya hemos visto como prometedores.

Punto clave: El consumo de granada favorece la formación de UA en el organismo, pero solo en personas cuya microbiota intestinal contiene las bacterias adecuadas. Aproximadamente el 40 % de los adultos son buenos productores de UA después de consumir granada, mientras que otros pueden experimentar poca conversión y necesitar suplementos directos de UA para obtener beneficios tangibles [2][8][7].

La Urolitina A ha mostrado en estudios científicos beneficios prometedores para la salud muscular, la energía celular y el bienestar durante el envejecimiento. Aún necesitamos más investigación a largo plazo, pero los resultados actuales la colocan como un aliado interesante dentro de un estilo de vida saludable que combine nutrición equilibrada, actividad física y buenos hábitos de descanso.

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