La magia del orden: aprendiendo a arreglar su casa y su vida con Marie Kondo

La magia transformativa del orden:

Habiendo nacido en Colombia donde, por tradición, a las mujeres nos enseñan desde la más tierna infancia a hacer oficio, mis habilidades organizacionales siempre me han enorgullecido.  Por lo menos en mi casa nos tocaba arreglar la habitación, el armario y uno de los sitios de la casa (o si no, no había ciclovía el domingo).  Sé que a muchas les tocó así y a las generaciones más jóvenes, igual.

Siempre había pensado que las habilidades para el aseo y el orden de las mujeres en Colombia era insuperable.  Pero les tengo una noticia a mis compatriotas: Marie Kondo nos gana.  Con 36 años esta japonesa ha publicado cuatro libros sobre técnicas organizacionales y en la actualidad es consultora “para el orden” tanto en casas como en empresas, además de tener un programa de televisión sobre el mismo tema.

Hoy le voy a compartir algunos de los principios que Marie Kondo, o también conocida como KonMari, aconseja en su libro La magia del orden para tener en cuenta a la hora de arreglar su casa, o mejor, su mente; pues no solo para arreglar su casa, sino transformar drásticamente su vida. Yo, por mi parte, trataré de “arreglar” mi habitación esta semana.

  

Al poner la casa en orden, también se ponen en orden sus asuntos y su pasado 

Según Marie Kondo, este procedimiento permite ver mejor lo que se necesita en su vida y qué no; lo que debe hacer y qué no.  Parecería sencillo mover cosas de un lugar a otro, pero ¿por qué al poco tiempo vuelve a estar desordenado? La causa no parece yacer en la falta de habilidades, sino en la mente.  Es decir, se necesita tener consciencia al aplicar la técnica correcta.  La consciencia y la perspectiva de una persona sobre su propio estilo de vida (una especie de visualización de cómo quiere que sea su estilo de vida) es mucho más importante que cualquier habilidad para clasificar, almacenar o lo que sea.  El orden depende mucho de los valores personales en cuanto a cómo desea uno vivir. 

Por más de que nos esmeremos en limpiar, arreglar y organizar, si no se tiene un propósito y el método, volveremos irremediablemente al caos.

 

Los principios del método 

  • Organizar una sola vez, pero bien. Aunque algunas revistas aconsejan ordenar un poco cada día, este consejo nunca se consigue. Si a la fecha no ha podido ser organizada(o), le será casi imposible adquirir el hábito de organizar poco a poco.  La gente no cambia de hábitos si primero no cambia de manera de pensar.

 

  • Convierta la organización "un suceso especial". Hay dos tipos de organización: la “diaria” que consiste en usar algo y ponerlo de nuevo en su lugar, pasar la escoba por ciertos lugares, limpiar el polvo y lavar loza que siempre estarán presentes mientras necesitemos usar ropa, comer, leer, etc.  Y “El suceso especial” que empieza desarrollando la capacidad de desechar.

 

  • El arte de desechar. Sí, lo drástico de organizar de una sola vez requiere de la fortaleza para deshacerse de las cosas que de verdad no se necesitan. Esta habilidad requiere que controlemos y nos resistamos a guardar nuestras cosas hasta que hayamos terminado de identificar lo que en verdad queremos y necesitamos conservar. Pero no se aterrorice: precisamente el método de Marie Kondo le va llevando por varios niveles de manera que al llegar a los delicados “objetos no desechables” usted tendrá la suficiente sensatez para disponer si una cosa se queda o se va. El principio de desechar involucra efectivamente dos tareas: eliminar cosas y las que se quedan, decidir dónde guardarlas.  Son solo dos, la eliminación va primero y hasta que esto no concluya, no ha de empezar con la segunda.

 

  • Visualice su destino. ¿Para qué quiere su casa ordenada? ¿por qué quiere vivir así? ¿Cuál es el estilo de vida que sueña? Antes de desechar cosas, hay que darse el tiempo para pensar esto con cuidado.  Si se omite este paso, solo se retrasa el proceso y aunque se haga un gran “aseo”, muy posiblemente se volverá al desorden. Si se le dificulta, puede ver revistas de decoración para que se inspire. Pregúntese por qué quiere vivir así para que encuentre sus propias respuestas.  Sin embargo, para ahorrarle un poco el tiempo de reflexión, le diré que el sentido final de desechar como de conservar cosas es estar feliz y sentirse en armonía con lo que queda.
  • Criterios de eliminación:

Algunos de los objetos que tenemos guardados en casa tienen más facilidad de ser “redistribuidos” que otros.  Este método le propone que empiece por lo más fácil, es decir, lo que ya está dañado y luego siga con los otros criterios.  La secuencia será así:

  1. Cuando algo ya no funciona o ha perdido una de sus partes.
  2. Cuando algo ya ha pasado de moda (como ropa u objetos relacionados con un suceso pasado).
  3. Tomar el objeto con la mano y preguntarse: ¿Esto me hace feliz? Si es así, conservarlo. Si no, desecharlo.  Este es el criterio más sencillo y el más preciso para juzgar.

 

  • Ordene por categorías no por ubicaciones. Solemos guardar el mismo tipo de objetos en más de un lugar.  Al ordenar cada lugar por separado, nos damos cuenta de que terminamos haciendo el mismo trabajo en varios sitios quedando dentro de un circulo vicioso de organización.  En lugar de arreglar una habitación en particular, fíjese metas como “los libros hoy, mañana las toallas”.  Así, cuando les toque el turno a las toallas, se referirá a TODAS las toallas de la casa, lo que le permitirá saber cuántas tiene y reservarles UN solo lugar.

 

  • Empiece bien. No conviene que los principiantes comiencen con cosas que traen recuerdos como las fotos. Las cosas de esta categoría pueden existir en mayor volumen que cualquier otra cosa y pueden presentar grandes dificultades para decidir si las conservamos o no.

ADVERTENCIA:  tres factores peligrosos añaden valor a las pertenencias:  función, información y apego emocional.  Cuando se añade el elemento rareza, se multiplica la dificultad para elegir qué eliminar.  A la gente le cuesta trabajo deshacerse de cosas que aún “podrían usar “(valor funcional) un radio viejo, por ejemplo. Cosas que contienen información útil (valor informativo) como textos de la universidad guardados por años con el fin de volver a releer y que nunca sucederá.  O un objeto con lazos sentimentales (valor emocional) como un recordatorio de primera comunión, una tarjeta de cumpleaños o una foto.

 

  • La mejor secuencia para empezar a ordenar por categorías: ropa, libros, papeles, objetos varios (Komono) y, por último, objetos y recuerdos sentimentales. Apegarnos a esta secuencia afina nuestra intuición respecto a los objetos que despiertan alegría en nuestro interior.

ADVERTENCIA:  la maratón organizacional puede producir un montón de desechos.  En esta etapa, según Marie Kondo, el único desastre que puede causar más caos que un terremoto es la intromisión de un experto en reciclaje que opera con el alias de “mamá”.

Desechar cosas no tiene nada de malo.  Sin embargo, a padres y abuelos les angustia un poco este proceso precisamente por el apego a cosas que “de pronto pueden arreglarse”, libros que pretenden “leer algún día” y juguetes, ropa, así como recuerdos del pasado.

 

El paso a paso en imágenes para hacer la organización:

Una vez pasada la fase de desecho, las siguientes imágenes muestran de qué manera organizar los objetos que se quedan en armarios y cajones, pues esto también es con técnica.  El bono es que usted no necesitaría nuevos muebles o accesorios para hacerlo, ya que uno de los objetos preferidos de almacenamiento para Marie Kondo son las cajas de zapatos puesto que tienen la medida ideal para hacer espacios de clasificación dentro de los mismos cajones y armarios.

 

Kon Marie by Nati Malagrins

 

Algunas reflexiones para tener en cuenta

El desorden no responde al tipo de personalidad, no hay tal.  Más bien, a la gente que no puede mantenerse organizada solo se puede clasificar en tres tipos:  el “no puedo deshacerme de las cosas”, el de “no puedo volver a poner las cosas en su sitio” y el de “la combinación de los dos anteriores”. El 90% de la población pertenece a la tercera categoría. En conclusión, la organización debe empezar por la eliminación de cosas sin importar la personalidad.

Lo que usted no necesita, no necesariamente lo quiere su familia o amigos. Si quiere regalar algo de lo que ya no usa, no presione a la gente para que lo acepte.  Averigüe primero lo que les gusta y, solo si encuentra algo que cumpla con los requisitos, muéstreselo.  También puede ofrecérselos siempre y cuando le aseguren que sería algo por lo que ellos pagarían. 

La casa de los papás no es una tienda de suvenires o recuerdos. Según Marie Kondo, un objeto de recuerdo es eso, un recordatorio de un momento en que nos dio alegría y no importa cuán maravillosas hayan sido las cosas, no podemos vivir en el pasado.  La alegría y la emoción que sentimos aquí y ahora es más importante.

Mandar las cosas y recuerdos de los que no somos capaces de deshacernos a la casa de los papás no es la solución.  Esto no resuelve la actitud que debemos tomar hacia el presente porque al tomar un objeto sentimental y decidir qué descartar, estamos procesando el pasado.  Si solo metemos esas cosas en otra caja y la mandamos al cuarto de san alejo, ese pasado continuará ejerciendo un peso, reteniéndonos e impidiéndonos vivir el aquí y el ahora.  Poner las cosas en orden equivale también a poner el pasado en orden, saldando cuentas para seguir adelante.

Cuando se tope con algo de lo que no se puede desprender. Este es el momento de pensar con cuidado sobre el propósito que tiene para su vida.  Es muy posible que posea muchas cosas que ya cumplieron su función.  Al reconocer su contribución y dejarlas ir con gratitud, usted será finalmente capaz de poner en verdadero orden las cosas que posee ¡y su vida

Aprecie sus posesiones. Primero, cuando compre algo, quítele inmediatamente las etiquetas.  La ropa del almacén es un producto y la de la casa ya es un posesión personal que pasa a tener su energía. 

Segundo, agradézcales a sus cosas por acompañarle y servirle al utilizarlas. Mi esposo y yo tenemos la costumbre de despedirnos de la casa cuando vamos a salir o saludarla cuando llegamos.  O de darle gracias a nuestro carro por habernos llevado y traído sin inconvenientes.  Puede sonar un poco animista, pero lo confieso porque Marie Kondo dedica un aparte de su libro a ello y, aunque no tengo la certeza de que los objetos fabricados tengan un espíritu, muchas personas sienten que al tratar sus cosas con respeto, de alguna manera, ellas siempre responderán funcionando eficaz e impecablemente.

 

Cómo la magia de la organización puede transformar su vida drásticamente

Ponga su casa en orden y descubra lo que en verdad quiere hacer.  Finalmente, esta es la táctica que permite a las personas que utilizan el método de Marie Kondo organizar su casa y más.  Al confrontarse con las cosas del pasado donde se presenta la posibilidad de desecharlas o darles una nueva vida en su presente, usted se puede remontar a lo que le hacía verdaderamente feliz, como recuerdos de infancia cuando jugaba a que era enfermera o tenía una tienda, por ejemplo.  Es este proceso el que ha provocado cambios radicales en las vidas de algunas personas que han tomado cursos con la señora Kondo, hasta el punto de hacerles cambiar de profesión, cambiar de estilo de vida y dar pasos decisivos para su futuro.

Los seres humanos solo podemos apreciar un número limitado de cosas a la vez.  Marie Kondo pretende con su mensaje hacer que la gente valore adecuadamente las cosas que ama y por eso insiste en organizar, pero hacerlo rápido.  De esta manera nos quita esa carga de encima  porque organizar no es el propósito de la vida.  Si se dedica uno a organizar todos los días, pasará toda la vida haciéndolo.  Mejor ponga su tiempo y su pasión en lo que más alegría le dé pues ¡esa es su misión de vida!

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