Qué es la enfermedad del hígado graso no alcohólico y por qué se está volviendo tan común

                

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La enfermedad del hígado graso es el resultado del exceso de grasa en las células del hígado.  El tejido adiposo se va acumulando en el hígado cuando la dieta de la persona sobrepasa la cantidad de grasa que su organismo puede tolerar.  También, puede ocurrir que se transfiere grasa de otras partes del cuerpo o la incapacidad del hígado de transformarla en una forma que pueda ser eliminada.  Se dice que una persona tiene hígado graso cuando la grasa compone por lo menos 5% del hígado.

El hígado graso “simple” se considera una condición normal que no conlleva a un daño del hígado.  Sin embargo, una vez que empieza a haber acumulación de grasa “simple”, ya el hígado es vulnerable a daños que pueden resultar en inflamación y cicatrices del hígado. (1)

 

Hígado graso no alcohólico

Es una enfermedad progresiva que comienza con la acumulación de grasa en el hígado sin el consumo excesivo de alcohol.  Se asocia con el síndrome metabólico (obesidad + resistencia a la insulina).

¿Qué se consideraría consumo excesivo de alcohol?

Más de 2 bebidas alcohólicas para mujeres y más de 3 bebidas alcohólicas para hombres.

Una bebida equivale a

  • 341 ml de cerveza, sidra, cuyo contenido de alcohol es del 5%
  • 142 ml de vino o similares cuyo contenido de alcohol es del 12%
  • 43 ml de aguardiente o similares cuyo contenido de alcohol es del 40%

 

Causas:

En países como Canadá y otros países del primer mundo se ha señalado que la causa más común de hígado graso es la obesidad y la diabetes tipo 2, la presión arterial alta y los niveles elevados de triglicéridos.

Además de las causas mencionadas más arriba existen otras causas nutricionales de la enfermedad de hígado graso:

- Inanición y malnutrición proteínica

- Uso prolongado de nutrición parenteral (alimentación a través de infusión    directa al torrente sanguíneo)

- Baipás intestinal, una cirugía para la obesidad

- Pérdida de peso demasiado rápida.

Condiciones que a menudo acompañan y pueden contribuir a la enfermedad del hígado graso:

  • Diabetes mellitus
  • Hiperlipidemia (niveles elevados de lípidos en la sangre)
  • Resistencia a la insulina y presión sanguínea elevada.

Otras causas:

  • Factores genéticos
  • Drogas o químicos tales como alcohol, cortico esteroides, tetraciclina y tetracloruro de carbono.

 

¿Cuál es la diferencia entre sobrepeso y obesidad?

Aunque muchas personas sienten que podrían bajar un poco de kilos, pocas se consideran obesas.  Una medida generalizada para definir “sobrepeso” y “obesidad” es el Índice de masa muscular (IMM). Este cálculo se hace con base en la división su peso por su estatura y este resultado se correlaciona con una tabla preestablecida por la Organización Mundial de la Salud y la Agencia de Salud Pública de Canadá.

Se puede utilizar la siguiente fórmula para calcular el IMM:

IMM = peso en Kilos / (altura en metros)2

Ejemplo, si su estatura es de 1.70 cm y pesa 60 kilogramos entonces; IMM= 60/ (1.70X 1.70)

BMI o IMM (Indice de Masa Muscular) = 20,7

 

 

¿Qué tiene que ver la circunferencia de su cintura?

El exceso de grasa abdominal se asocia con la enfermedad del hígado graso y otros riesgos para la salud.  Las medidas de la cintura (son diferentes para cada género), se utilizan para identificar los riesgos de salud asociados con el exceso de grasa abdominal:  para los hombres, los riesgos se incrementan si la circunferencia de la cintura es mayor de 102 cm.  Para las mujeres los riesgos aumentan cuando la circunferencia de la cintura es mayor a 88 cm.

 

Tratamiento para la Esteatosis hepática por depósitos de grasa no alcohólica (EHGNA)

Las poblaciones occidentales se están volviendo cada vez más sedentarias y la incidencia de la enfermedad del hígado graso no-alcohólico aumenta convirtiéndose en una de las causas más comunes de enfermedad hepática en todo el mundo. (2)

La enfermedad del hígado graso es la condición que más se identifica en las personas con obesidad.  Se ha clasificado como enfermedad del hígado graso no-alcohólico si es independiente del consumo de alcohol.  La esteatosis hepática se identifica en el 65% de personas con grado I-II de obesidad (IMM=30-39.9 Kg/m2) y en el 85% de pacientes con grado III de obesidad (IMM= 40-59 kg/m2). 

Antes de tomar cualquier precaución o acción, existen dos tipos de Esteatosis, la simple que trata de grasa aislada y que, en principio, no tiene un mal pronóstico.  Por otra parte, la Esteatohepatitis es cuando aparece inflamación y fibrosis progresiva que puede conducir a cirrosis y hepatocarcinoma.

Actualmente, no existen tratamientos farmacológicos aprobados para la Esteatosis, pero está demostrado que la EHGNA requiere modificaciones en el estilo de vida.  Por ahora, el tratamiento consiste en mantener una dieta hipocalórica adaptada, es decir, que no es solamente baja en calorías pero que debe eliminar ciertos alimentos como los azúcares para modular la resistencia a la insulina; hacer ejercicio físico moderado y estar constantemente monitoreado por el médico especialista.

 

Plantas que ayudan a fortalecer la higiene y función del hígado

Tanto el hígado como la vesícula trabajan para la formar bilis.  La bilis es una secreción digestiva que ayuda a emulsificar la grasa y, en consecuencia, es un agente importante en los procesos, tanto de la digestión como de la desintoxicación.

Se necesita que haya un buen flujo de bilis en el organismo para la salud general del organismo, veamos de qué manera puede usted promover el buen flujo de bilis y así mantener su hígado despejado y mejorar el desempeño de este órgano.

 

  1. Limón verde o amarillo

El limón es una gran medicina.  Ayuda a balancear el pH del organismo, contiene vitamina C y por supuesto, participa en la producción de bilis y ácido estomacal.  La acidez del limón, como lo intuirá cada vez que lo consume, ayuda a la bilis a digerir las grasas, a eliminar colesterol y toxinas. Los limones se utilizan en varias limpiezas orgánicas que puede conocer en mi libro El Arte de Curarse:  alimentación viva, la alternativa para nutrirse y sanarse en este tiempo.

Puede utilizar el limón de diversas maneras: algunas personas empiezan su día con un gran vaso de agua con limón para hidratarse, estimular el metabolismo y la digestión, así como desintoxicar hígado y vesícula. 

Yo por mi parte, lo añado al extracto verde que tomo todos los días (receta); sopas, ensaladas, algunos tés y jugos. 

           

  1. Vinagre de manzana

El vinagre de manzana tiene efectos antiinflamatorios, antibacteriales, y antivirales.  En medicinas tradicionales se utiliza para aliviar el dolor de la vesícula.  Ayuda a la digestión, al hígado, niveles de azúcar en sangre y de colesterol. (3)

El vinagre de manzana tiene un sabor dulce que se incorpora bien a varias comidas.  Añada al guacamole, a ensaladas, sopas y platos con quinua.  Puede también, añadir 1 cucharada de vinagre de manzana a un vaso grande de agua filtrada y beberlo en ayunas para apoyar la función del hígado y la vesícula.

 

  1. Perejil liso y albahaca

 

Más que aderezo para comidas, el perejil liso y la albahaca contienen antioxidantes, flavonoides, minerales y vitaminas.

Ambas plantas son potentes desintoxicantes, el perejil liso, por su parte, participa en la liberación de bilis y en la remoción de metales pesados y otras toxinas del organismo.  Se piensa que reduce las enzimas inflamatorias del hígado.  Tanto el perejil liso como la albahaca ayudan a disminuir los niveles de azúcar ya que cuando estos niveles son elevados provocan inflamación en el hígado. (4)

Se puede añadir perejil liso a ensaladas, al extracto verde, sopas, jugos y más.  El pesto de albahaca es una deliciosa preparación que puede utilizarse en platos con sabores mediterráneos.

 

  1. Pepino cohombro

Ya debe saber que el pepino contiene bastante agua repleta de fitonutrientes y electrolitos.  Tienen un efecto desintoxicante en el organismo y son esenciales para la desintoxicación de riñones, vesícula e hígado. 

El pepino cohombro es uno de los ingredientes base de mi receta de extracto verde, pero también en ensaladas va muy bien.

 

  1. Apio

El apio es rico en sustancia antioxidantes y minerales como magnesio, potasio, calcio y fósforo, así como vitaminas B9 o folato, vitamina A y vitamina K. (5)

Su consumo alivia el reflujo y las úlceras; ayuda a reducir la inflamación y las infecciones de H. Pylori y por estreptococos.  Contiene un aglomerado de sales, cruciales para la función hepática y vesicular. (6)

El apio es otro de mis ingredientes estrella en el extracto verde que aconsejo beber como un ritual desintoxicante diario o por lo menos, unas 3 veces por semana.

 

  1. Hierbabuena y menta

Estas hierbas ayudan a estimular el sistema digestivo y a aliviar problemas estomacales e intestinales.  Actúan como relajante natural que permite suavizar la pared del colon.

Además, refrescan el aliento, se utilizan como desodorantes internos, estimulan la producción de bilis, mejoran la calidad de la piel, ayudan a la concentración y la calma. 

Añada hojitas de menta o de hierbabuena a ensaladas, jugos y tés.  Puede utilizar la versión súper concentrada en aceite esencial de menta.

 

  1. Cardo Mariano o Milk thistle o Sylimarin

Aunque esta planta no la encontramos fácilmente en la naturaleza, su presentación en pastillas se vende en muchas farmacias y tiendas de alimentos naturales.

La incluyo aquí por los ingredientes activos del Cardo Mariano proporcionan varios efectos positivos para nuestra salud.  Se utiliza para desintoxicar el hígado, riñones y vesícula.  Ayuda a fortalecer el recubrimiento intestinal, es decir, las paredes del intestino; protege los riñones del estrés oxidativo; apoya la función del páncreas, pulmones, cérvix y próstata. (7)

En el hígado específicamente, protege sus numerosas membranas celulares y frena la velocidad en que las toxinas se absorben en el hígado.  Estudios científicos que el Cardo Mariano le puede sentar bien a personas con cirrosis del hígado y hepatitis C y B.  (8)

 

  1. Hojas y raíces del diente de león

Sí, esas que crecen en el jardín como maleza, las de florecitas amarillas.

Pues las hojas y las raíces ayudan a mejorar la motilidad intestinal.  Son diuréticas y alivian la digestión gracias a su contenido de mucílago e inulina que facilitan el procesamiento de la comida. 

Tienen efectos antiinflamatorios.  Protege contra la pérdida de densidad ósea.  Disminuye los niveles de oxidación lípida y previene la pérdida de compuestos antioxidantes en el hígado.  Estimula el páncreas a producir insulina y a regular los niveles de azúcar en sangre. (9)

Su efecto desintoxicante se utiliza para tratar afecciones de la piel como el acné.Ayuda a la salud de los riñones no dejando que se acumulen toxinas y cálculos renales.

 

  1. Cúrcuma

La cúrcuma es una potente planta antiinflamatoria, antiviral y antibacterial.  Ayuda mejorar la función hepática y vesicular.  En los últimos años se han realizado estudios científicos que proponen la cúrcuma para aliviar la artritis, prevenir daño hepático, estimulante inmunológico, cicatrización, controlar la diabetes y más. (10)

La cúrcuma se utiliza en múltiples preparaciones culinarias de India como el curry.  Se puede añadir a ensaladas, sopas, salsas.  Pruebe mi receta de cúrcuma latte aquí.

 

  1. Jengibre

El jengibre es otra potente planta antiinflamatoria de la misma familia de la cúrcuma. 

El gingerol es el compuesto activo del jengibre y es el encargado de reducir la inflamación del cuerpo.  Se utiliza para aliviar la inflamación del colon y molestias digestivas.

El suplemento de jengibre como tal ha demostrado tener efectos hipolipidémicos y antioxidantes, así como ser un insulino-sensibilizador. (11)

Se utiliza para aliviar las náuseas, cólicos, acidez estomacal; pero también para afecciones de la garganta y el tracto respiratorio. 

Puede añadir el jengibre a sus jugos, tés, legumbres y preparaciones de toque asiático.

 

  1. Rúgula o rúcula

Según el doctor Joseph Mercola, la rúgula contiene propiedades limpiadoras que contrarrestan los efectos tóxicos de los metales pesados en el organismo, particularmente en el hígado, y siendo una crucífera, ha de ayudar a prevenir el cáncer.  Además, según el Instituto Linus Pauling, contiene 8.2 mg de clorofila en una taza, cosa que ayuda a cicatrizar heridas, y, aún más importante, a prevenir la enfermedad hepática. (12)

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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