“Quizá porque ya no veo la felicidad como algo inalcanzable, ahora sé que la felicidad puede ocurrir en cualquier momento y que no se debe perseguir”
Jorge Luis Borges
Crecemos con la idea de que el objetivo de la vida es ser felices, no importa a costa de qué. Dificultades, sacrificios, un trabajo que no nos gusta…De hecho, nos levantamos en la mañana y nos dirigimos a un trabajo, a un oficio que nos dará “los medios” para “ser felices”.
Por eso, como dice el periodista Darius Foroux, de manera colectiva compramos cosas que no necesitamos, nos acostamos con quien no amamos, y tratamos de esforzarnos en un trabajo para obtener la aprobación de una persona que no apreciamos.
¿Quién nos convenció de que este es el camino a la felicidad? Nuestra sociedad a través de la política, la publicidad, la economía y más, nos lo repite varias veces al día.
La psicología, por su parte, estudia las razones por las cuales la gente no es feliz.
Compramos algo porque creemos que nos va a hacer felices.
Conseguimos el empleo de nuestros sueños, pensando que es sinónimo de felicidad.
Deseamos tomar unas vacaciones en un lugar exótico porque ahí sí seremos felices.
Queremos conocer gente interesante o importantes conexiones que nos encaminen a la felicidad.
Nos comprometemos con la persona que deseamos intensamente porque la creemos portadora de nuestra felicidad.
Y usted se seguirá preguntando ¿cuál es el siguiente paso para poder ser feliz?
¿Estaba Aristóteles equivocado al decir que, “La felicidad es el significado y el propósito de la vida, el objetivo completo y la finalidad de la existencia humana”?
Tal vez hay que mirar esta máxima desde otro ángulo. Al leerla, sugiere que el propósito de la vida es la felicidad. Claro, también es así. Lo que pasa es que la verdadera felicidad siempre será el producto de algo que se realiza de manera cristalina. Es diferente a comprarse un par de zapatos, puesto que es algo que produce una satisfacción instantánea y ya.
¿Cómo lograr ser feliz, entonces?
La noticia es que la felicidad no puede ser un propósito en sí misma, así que no tiene sentido tratar de alcanzarla.
Yo he encontrado mis momentos felices cuando he servido. Para Darius Foroux, el periodista que me ha inspirado a escribir este texto, es sentirse útil (que es similar).
La mayoría de las cosas que hacemos en la vida son eso, actividades.
Nos vamos de vacaciones, a trabajar, de compras, de fiesta…
Estas cosas, en principio, deberían hacernos felices, ¿no es así? Pero no prestan un servicio. Usted no está construyendo algo. Usted está consumiendo o experimentando algo, y está bien, también.
Mentiría si le digo que no me gusta irme de vacaciones o de compras, pero entiéndame, eso no es lo que le da significado a la vida.
Yo, personalmente, he encontrado profunda complacencia cuando puedo aportar algo para mejorar la calidad de vida de una persona o un animalito o una planta; cuando puedo, de alguna forma, aliviar el momento difícil que alguien pueda estar pasando.
Otras personas sentirán felicidad, tal vez, cuando construyen o realizan algo que otras personas puedan utilizar, por ejemplo.
Una vez que se ha reflexionado sobre qué es lo que se está haciendo con la vida, de pronto, varias máximas empiezan a tener más sentido que nunca:
“Donde comen dos, comen tres”
“Una alegría compartida, es doble alegría”
"Haz el bien sin mirar a quién"
“El propósito de la vida no es ser feliz. Es ser útil, honorable, compasivo; eso hace la diferencia entre solamente haber vivido y haber vivido bien”. Ralph Waldo Emerson
En la frase de Emerson, la reflexión es ¿qué estoy forjando para hacer la diferencia?
No se trata de convertirse en monjita de la caridad o dejarlo todo e irse de misionero a África. Ayudar, tener compasión, está al alcance de la mano:
- Ayudarle a su jefe o a un compañero de trabajo con algo que a usted no le corresponde.
- Acompañar a su mamá o a un pariente mayor a una cita médica
- Si tiene empleados, tratarlos bien
- Llamar a un(a) amigo(a) que puede estar necesitando ayuda con un trasteo, etc.
Estos son solo ejemplos, pero imagino que usted tiene una lista propia. No es mucho y seguramente, no será recompensado(a) materialmente. Pero a nivel de consciencia, a nivel emocional, es lo que hace la diferencia entre vivir la vida y vivirla bien.
Nadie quiere llegar al final de su vida y darse cuenta de que no dejó huella
Hace un año mi mamá estuvo hospitalizada por dos semanas y mi hermano, mi hermana y yo debíamos turnarnos para quedarnos en el hospital con ella. Era una tarea difícil por varios motivos, con decir que, a la media hora de estar allá, uno ya quería salir a tomar un descanso.
A la vuelta de una semana, estábamos agotados con los turnos y los ánimos delicados. Una noche en que descansé y pude quedarme en mi casa, sentí que ya no podía más, no tenía cómo reabastecerme de energía para poder continuar. Sin embargo, pensé: si estuviera en mi lecho de muerte y como dicen que toda la vida pasa en frente de nuestros ojos, como una película ¿cómo querría yo recordar este momento de mi vida? ¿peleando con mis hermanos, haciéndole mala cara a enfermeras y a todo el que estuviera alrededor mío, no apareciendo más para los turnos? O ¿ponerme en buena disposición, ayudar a calmar los ánimos, estar atenta a lo que se necesitara, empezando por mi mamá, mis hermanos y el personal médico?
Tal vez suene un poco extremado, pero me sirvió tomar distancia de la situación y ver, como en una película, mi desempeño, y si en realidad es así como quiero recordar ese momento cuando lo evoque en el futuro.
También me di cuenta del efecto de mi actitud y mi disposición en las otras personas involucradas, y en lugar de que fuera algo cada vez más estresante, trajo alivio para todos, sobre todo para mí.
Cambio de mentalidad
Tratar de servir es un estado mental y como cualquier mentalidad, empieza por una toma de decisión.
Para mí fue tomar la decisión de comunicar lo que sé e investigo con el objetivo de ayudar a cualquiera que me lea, a curarse, a practicar medicina preventiva desde su casa y volverlo un hábito para su vida y la de su familia.
Para usted puede ser dedicarse a su propósito, sea ayudar a los viejitos, a la gente que está en la calle, a velar por el bienestar de los animalitos, a crear una pequeña empresa, o lo que sea que usted sienta que quiere hacer.
Encuentre su propósito a través de estas preguntas
Un estudio de la Universidad de Michigan y publicado en el periódico de la Asociación Medica Americana, corrobora que vivir y trabajar con un propósito conlleva a mayor compromiso, motivación, productividad y retención.
Según Scott Mautz, autor del libro “Find the Fire” (Encuentre el fuego) y “Make it Matter” (Haga que importe), el propósito es un profundo “¿Por qué?” al tenerlo, se crea una sensación de que está en la misión de hacer algo valioso.
Es su “aún por hacer” en la vida. El propósito integra lo que usted es y lo que usted hace. Le inspira a renovar sus compromisos y a hacer todo para manifestarlo, por eso es tan poderoso.
Mautz propone un mecanismo para habilitar esta función del propósito en nosotros: la introspección.
En su libro “Make it Matter” Mautz proporciona una serie de preguntas para que usted se cuestione y pueda encontrar su propósito:
- ¿Cuáles son sus súper poderes?
Modestia aparte, usted sabe para qué es bueno(a). ¿cómo puede aprovechar esa fortaleza, como un súper héroe, para el bien del mundo? Cuando usted decide utilizar esa fortaleza con un propósito, algo más grande que usted lo(a) eleva al estatus de súper poder.
- ¿Cuáles son sus valores y principios?
¿Qué es en lo que usted más fuertemente cree, al punto de guiar sus acciones de cada día? Ser fiel a esos valores es una de las formas más sencillas para tener la valentía y el coraje de vivir y trabajar con un propósito.
- ¿Qué trabajo haría gratis?
Ponga atención a lo que hace cuando no tiene noción del tiempo. ¿Con qué sueña despierto(a)? Esas cosas que le absorben pueden ser señales de algo que usted estaba supuesto(a) a hacer y que, si lo revive, podría traerle profundo sentido a su vida.
- ¿Cuáles han sido sus momentos más felices?
¿Qué estaba haciendo específicamente en esos momentos y qué fue lo que produjo tanta alegría? Revise varias ocasiones y las cosas comunes que caractericen esos momentos pueden darle las pistas para encontrar su propósito.
- ¿Qué ha aprendido de sus triunfos y sus derrotas laborales?
Los reveses en su carrera, además de ser valiosas experiencias de aprendizaje, le ayudan a ver mejor los triunfos. Reflexione sobre lo que estaba sucediendo tanto en las adversidades como en las victorias. ¿Cómo era usted en esos momentos? ¿En qué falló o cuál fue el logro? Las pistas para su propósito se encuentran ahí.
- ¿Qué necesita hacerse?
¿Cuál es la causa de su lucha? ¿Qué problema debe resolverse? ¿Qué necesita el mundo y es de lo que usted está dotado(a) para ofrecer? Note que son preguntas trascendentales y generales. A menudo, el propósito alimenta algo superior a nosotros.
- ¿Qué extrañarían sus colegas si usted no estuviera ahí?
Esta pregunta se dirige específicamente a las características inspiradoras y magnéticas que usted tiene y por las que las personas que le rodean se sienten atraídas a usted. Lo que podrían extrañar son signos de lo que usted puede acentuar y hacer perdurar en miras a su propósito.
- ¿Qué diría la gente que usted hacía?
¿De qué característica suya hablarían las otras personas en su ausencia? ¿qué han dicho los otros de sus talentos? ¿Ha escuchado la frase, usted podría ser” ______”? todas estas son pistas en el camino a su propósito.
Salud y que sea feliz.
Hola Johanna, estoy totalmente de acuerdo con tu artículo, es poderoso !. Te comparto que ando en este camino …gracias por tus valiosos aportes de vida…