En el eje cerebro-intestinal estaría la clave de nuestra salud física, mental y emocional


 

El eje cerebro-intestino (ECI) se refiere a la comunicación bidireccional que existe entre el sistema nervioso central y el entérico o intestinal, el cual vincula los centros emocionales y cognitivos del cerebro con las funciones intestinales periféricas.

Esta red de comunicación bidireccional incluye el sistema nervioso central (SNC), tanto el cerebro como la médula espinal, el sistema nervioso autónomo (SNA), el sistema nervioso entérico (SNE) y el eje hipotálamo-pituitario-adrenal.

Recientes investigaciones han señalado que la piedra angular de esta comunicación en nuestro cuerpo se encuentra en la microbiota intestinal que es la que influye en estas interacciones. Pero ¿Por qué es importante la microbiota?

Porque la interacción entre la microbiota y el eje cerebro intestinal parece ser bidireccional, es decir, hay comunicación del cerebro a la microbiota y viceversa por medio de enlaces neurales, endocrinos, inmunes y humorales.

 

Microbioma, Microbiota y Meta- genoma, ¿Quiénes son?

Aunque los términos microbioma y microbiota se utilizan indistintamente, se debe especificar que la microbiota es el conjunto de microbios vivientes en todo nuestro organismo y en mayor número en la flora intestinal; mientras que microbioma se refiere a todo ese universo de microbios en nuestro organismo y sus genes.

La microbiota intestinal ha evolucionado junto con el ser humano hasta hoy, viviendo en una relación simbiótica y contiene las diferentes poblaciones presentes en el intestino grueso que incluyen bacteria, protozoarios y virus. 

Por su parte, el meta genoma se refiere los genes de los microorganismos presentes en un ambiente específico como la microbiota y a las funciones colectivas de dichos genes microbianos.

 

Los microbios de nuestro sistema digestivo afectan todo en nuestro organismo, desde nuestra salud corporal y mental, hasta nuestra vulnerabilidad a la enfermedad.

La bacteria del microbioma ayuda a digerir el alimento, a regular el sistema inmunológico, a proteger contra otras bacterias que atacan el organismo, y a producir vitaminas incluyendo las vitaminas B12, tiamina y riboflavina; así como vitamina K que se necesita para la coagulación sanguínea.

A nivel cerebral el sistema autónomo con las ramas simpática y parasimpática dirige las señales que transitan por el intestino hacia el Sistema Nervioso Central (SNC) y del SNC al intestino.  El eje Hipotálamo-pituitario-adrenal (HPA) se considera el eje central del estrés de cualquier tipo y está ubicado en la zona del cerebro que involucra memoria y respuestas emocionales.  El estrés ambiental, así como las elevadas citocinas proinflamatorias activan este sistema quien a través de un proceso que implica a la glándula pituitaria, conduce a la liberación de cortisol a partir de las glándulas adrenales.

El estudio que publica estos hallazgos señala también que este complejo sistema de comunicación no sólo asegura el mantenimiento adecuado de la homeostasis gastrointestinal, sino que es probable que tenga múltiples efectos sobre el afecto, la motivación y las funciones cognitivas superiores.

Un desequilibrio en el intestino puede tener efectos en la ansiedad, en comportamientos depresivos, así como en el autismo.

El nexo más importante entre el intestino y el cerebro es el nervio vago que controla la salivación, la frecuencia cardiaca y la digestión.  De forma recíproca, el intestino le responde al cerebro diciendo “estoy satisfecho, me siento bien”; o a través de una frecuencia cardiaca calmada, “estoy tranquila(o)”. 

Los mensajes que el nervio vago recibe provienen de los metabolitos ubicados en la flora intestinal y de sustancias mensajeras de las células inmunológicas y hormonales del intestino. 

 

Qué Pasa Cuando el Microbioma de su Organismo está Desequilibrado

Todos tenemos microorganismos viviendo dentro de nosotros y solo tomamos consciencia de ellos cuando tenemos un dolor de estómago, una infección, una alergia.

En la actualidad, la ciencia señala que nuestro universo microbiano individual está entretejido con un espectro de condiciones que incluyen acné, alergias, obesidad, ansiedad, enfermedad cardiovascular, síndrome de colon irritable, enfermedades autoinmunes como diabetes, artritis reumatoide, distrofia muscular, esclerosis múltiple, fibromialgia e incluso, cáncer como consecuencia de una disfunción del microbioma.

Los microbios que atacan el organismo se van acumulando con el tiempo, cambiando la actividad genética y los procesos metabólicos que eventualmente, resultan en una respuesta inmunitaria anormal contra sustancias y tejidos que normalmente están presentes en el cuerpo.

Tome el caso de la intolerancia a los lácteos:  en un principio, la persona no tiene alergia o malestar cuando los consume, pero la ingestión exagerada provoca una proliferación de bacterias dañinas que, eventualmente, cuando la persona los toma a través de la comida, la inflamación estomacal, flatulencia, congestión nasal y en algunos casos, reacción cutánea, no se hace esperar. 

 

Se Cree que las Enfermedades Autoinmunes se Heredan, No a través del ADN, sino el Microbioma Familiar. (1)

Hay fuertes indicios de que el microbioma del colon difiere entre gemelos obesos y gemelos delgados.  Los gemelos obesos tienen menor diversidad de bacterias y niveles más elevados de enzimas lo que significa que éstos son más eficientes a la hora de ingerir alimentos y cosechar calorías.  La obesidad ha sido asociada también a una débil diversidad de microbios en el colon.

La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune asociada con un microbioma intestinal menos diverso.  En estudios animales, la bacteria juega un papel crucial en el desarrollo de la diabetes. 

El polvo en las casas que tienen perros ha de reducir la respuesta inmunitaria a alérgenos y otros provocadores del asma al cambiar la composición del microbioma intestinal.  Se ha determinado que los niños que viven en casas con perros tienen una menor tendencia a desarrollar alergias infantiles.

  

Mis Tácticas Preferidas Para Mantener un Intestino Saludable

  1. Si usted quiere empezar con pie derecho, sería bueno purgarse o una desintoxicación, o por lo menos, practicar algún tipo de ayuno intermitente.
El ayuno es recomendable porque las bacterias malas que proliferan en el intestino necesitan estarse alimentando todo el tiempo y así es como sobreviven.  Si no se les da de comer, no subsisten.  En cambio, las bacterias buenas viven por más tiempo aún sin comida.
 Un estudio publicado por el periódico de inmunología escandinavo mostró que a los sujetos que practicaron ayunos cada día de por medio se les redujo significativamente la población de bacteria patógena en el intestino.  Esto es, como lo mencionamos antes, porque el intestino también se fortalece a nivel inmunológico y puede combatir las bacterias malas del intestino.
Nota: En este protocolo, lo indicado sería practicar algún tipo de ayuno día de por medio durante 2-4 semanas para consolidar sus beneficios y además, los días en que coma normal, evitar la comida chatarra y azúcares añadidos.

 

  1. Tomar un ciclo de probióticos (30-45 días) para ayudar a repoblar el intestino con bacteria buena. Esto le va a fortalecer a varios niveles:
  • Digestivo porque un colon saludable le permite absorber mejor los alimentos que consuma y los nutrientes que estos contienen.
  • Fortalece el sistema inmunológico. Un 70% de las células inmunológicas del cuerpo se encuentran en el intestino; nada más el probiótico Bifidobacteria infantis ha demostrado incrementar las células T que ayudan a prevenir enfermedades autoinmunes e inflamación crónica.

Así mismo, protege y/o reduce los síntomas y duración de gripes y resfriados.

Puede reducir la gravedad de ciertas alergias y hasta eczema o dermatitis.

Nota: Además de probióticos en suplementos, algunos alimentos que contienen probióticos son el repollo agrio, Kimchi (preparación oriental de vegetales fermentados), miso (soya fermentada), Kefir (sin azúcar, por supuesto) y la Kombucha.

  • Mental y emocional. La bacteria en el intestino produce neurotransmisores que ayudan a promover la calidad del sueño, el ánimo, el manejo de estrés, de ansiedad y la función cognitiva.

 

  1. Añadir a su alimentación, sobre todo en los días en que no ayuna, alimentos prebióticos que son aquellos que alimentan a la bacterias buenas que ya están en su intestino con el fin de fortalecerlas.

 Además, los prebióticos tienen sus propios beneficios añadidos para que se anime aún más a incluirlos en su alimentación:

  • Las bacterias del colon empiezan a alimentarse de las fibras de los prebióticos y son capaces de producir ácidos grasos de cadena corta. Entre ellos, ácido butírico que aporta equilibrio y regulación a los niveles de electrolitos en el organismo, al tiempo que aumenta la resistencia del revestimiento intestinal.
  • Los prebióticos participan en la salud hormonal actuando como compuesto adaptógeno que regula la liberación de cortisol (hormona del estrés).
  • Los prebióticos pueden ayudar a incrementar la densidad ósea al facilitar la producción y biodisponibilidad de varias vitaminas y minerales como calcio, hierro y magnesio.

 

Los principales alimentos prebióticos

Precaución: los prebióticos pueden causar hinchazón y gas en algunas personas, así que inicie con cantidades pequeñas y mejor cocinadas ya que parece que se dificulta su tolerancia cuando se consumen crudas.

Alimentos ricos en prebióticos:

Alcachofas, algas Nori, verduras crucíferas como kale (col rizada), brócoli, coliflor; frutos rojos, espárragos, cebolla roja, puerros, manzanas, raíz de Konjac o glucomannan, jícama; cacao en polvo, semillas de linaza, rábano, coco y la harina de coco; batatas, semillas de cáñamo y repollo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Dejar un comentario